Los templarios y el Papa Luna en el castillo de Peñíscola

castillo de peñiscola

¿Qué tienen en común los templarios, el papa Luna y la serie Juego de Tronos? Parte de su historia ha tenido lugar tras los muros de una de las fortalezas más bellas de España: el castillo de Peñíscola. Sus distintas terrazas ofrecen unas impresionantes vistas al mar, y visitar sus diferentes estancias es todo un viaje al pasado. Hoy te invitamos a recorrer las calles de Peñíscola, un pueblecito (de esos que enamoran) situado en la costa de Castellón, y a descubrir los secretos de su imponente castillo. ¡Ve preparando a tus ojos para tanta belleza!

Los orígenes del castillo de Peñíscola

El paisaje que se contempla desde el castillo de Peñíscola es uno de los más bonitos que habrás visto nunca.

Un mar infinito se extiende más allá de sus muros, y justo a los pies de la construcción disfrutarás de una excelente panorámica del casco antiguo de la localidad.

¡La imagen es idílica! Y aunque siempre se asocia este castillo al Papa Luna y a la Orden de los Caballeros Templarios, es realmente a los árabes a quienes debemos darles las gracias por elegir un emplazamiento tan perfecto.

En efecto, fueron los hispanomusulmanes quieres levantaron la fortificación muy poco tiempo después de comenzar la conquista de la Hispania visigoda. Fue en la primavera del 711 cuando las tropas de Tariq cruzaban el estrecho de Gibraltar, y ya en el 718 las fuerzas del al-Ándalus habían llegado hasta Peñíscola. Allí, sobre un estratégico peñón situado frente al mar, alzaron la alcazaba que daría origen al actual castillo tal y como lo conocemos. Pero la etapa árabe quedó más tarde opacada por la llegada al castillo de unos nuevos habitantes.

Un castillo templario frente al mar

Iniciaba el siglo XIII, y los reinos cristianos del norte de la Península continuaban su intento por “recuperar” los territorios de al-Ándalus. Le había llegado el turno al área valenciana, con el rey de Aragón a la cabeza. En el 1233 se hacía efectiva la conquista de Jaime I sobre lo que sería el nuevo Reino de Valencia, y como consecuencia el castillo de Peñíscola pasó a formar parte de sus dominios. Su heredero, Jaime II, sería el encargado de entregárselo a los templarios en el año 1294. Fue así como la misteriosa Orden de los Caballeros Templarios llegaba a Peñíscola, convirtiendo la antigua alcazaba árabe en un impresionante castillo cristiano.

Los templarios remodelaron y ampliaron la fortaleza hasta darle el aspecto que conserva en la actualidad.

¿Y sabes qué ejemplo siguieron? Siendo los caballeros de la Orden del Temple. ¡Exacto! El castillo templario de Peñíscola fue construido a imagen de los otros muchos que la orden había edificado anteriormente en Tierra Santa. Si algo destaca de su arquitectura románico-gótica es la sobriedad y la austeridad, los dos principales valores de los caballeros más famosos de la Edad Media.

castillo de papa luna

Su paso por Peñíscola fue profundo pero breve, ya que la orden fue disuelta en el 1319. El castillo pasó entonces a manos de otra orden religiosa y militar, la de Montesa, fundada por el propio Jaime II. ¡Pero lo más emocionante estaba aún por llegar!

Y llegó el castillo de Papa Luna

¿Cuántos castillos conoces que hayan sido sede pontificia? ¡Solo uno, el de Peñíscola! Y es que, por si el legado templario no fuera suficiente, en sus estancias habitó el Papa Luna, uno de los principales protagonistas del Cisma de Occidente que dividió al Pontificado entre 1378 y 1417.

Su nombre real era Pedro Martínez de Luna, y el oficial Benedicto XIII. Como si de una telenovela se tratase, las diferencias estallaron en el Vaticano tras la muerte de Gregorio XI. Los obispos del cónclave no se ponían de acuerdo en quién sería su sucesor, y mientras un grupo eligió a Urbano VI otro hizo lo mismo con Clemente VII, que se mudó a Aviñón. ¡Teníamos dos papas y llegó a haber hasta tres!
Los dos bandos se mantuvieron incluso tras la muerte de estos dos pontífices, y fue nuestro papa Luna, Benedicto XIII, quien sucedió en 1394 a Clemente VII en la sede de Aviñón. Pero el bando del Vaticano recuperó el control y dio fin al cisma en el 1417 con el nombramiento de Martín V. El nuevo papa excomulgó al papa Luna, que en 1411 se había mudado de Avión al castillo de Peñíscola.

Aquí permaneció hasta su muerte en 1423, solo, abandonado y declarado hereje. Sin embargo, el papa Luna defendió su postura hasta el último día, y su frase “el verdadero Papa soy yo” ha pasado a la historia.

Cuenta la leyenda que aún hoy su fantasma habita el castillo, repitiendo día tras día su famosa sentencia. ¡Tendrás que ir a comprobarlo!

Una visita que no te puedes perder al castillo de Peñíscola

Han pasado los siglos y el castillo de Peñíscola sigue tan bello como el primer día, a pesar de los cambios y daños que sufrió primero en la Guerra de Sucesión y un siglo después en la Guerra de Independencia.

Si estás pasando unos días en la maravillosa Costa de Azahar, ¡esta es una visita indispensable!

interior del castillo de peñiscola

Nada más pongas un pie en el zaguán de esta fortaleza sabrás que lo que te espera una vez atravesada su puerta de entrada es una experiencia única. Podrás recorrer las caballerizas, la explanada del patio de armas y las distintas terrazas con el mar azul de fondo, las dependencias pontificias que vivieron la historia del papa Luna o la iglesia del castillo.

Tómate tu tiempo para visitarlas todas, ¡merece mucho la pena! Que no se te olvide echar un vistazo también al exterior del castillo. No solo porque su paisaje es un espectáculo, sino porque esconde detalles de lo más curiosos. Como por ejemplo la estrecha lengua de tierra que une la fortaleza con lo que hoy en día es el casco antiguo de Peñíscola, pero que siglos atrás estaba deshabitada y desaparecía cuando subía la marea, dejando el castillo flotando en el mar. Tampoco puedes pasar por alto el Parque de Artillería, un área ajardinada de tiempos de Felipe II que hará las delicias de los amantes de la historia militar. Y por supuesto, no puede faltar un paseo por el centro histórico, con sus encantadoras calles empedradas flanqueadas por tabernas y puestos de souvenirs.

¡Peñíscola huele a historia, patrimonio y mediterráneo!

castillo templario de peñiscola

Así que ya sabes, el castillo de Peñíscola te está esperando. Te hemos preparado una ruta en Arkeo Tour para conocer todos y cada uno de sus detalles.

El plan solo necesita un pequeño detalle para ser perfecto: que tras la visita al castillo busques mesa con vistas al mar para comerte un buen arroz. ¿A que te hemos convencido?

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