Playas de ensueño, calas de agua azul turquesa, vistas al Mediterráneo mires donde mires. Menorca y sus monumentos son un paraíso que por suerte tenemos muy cerca de casa. ¿Quién no sueña con pasar un verano sumergido en ella? Pero la isla es mucho más que mar, sol y chiringuito. Son muchas las civilizaciones que han pasado por este rincón balear, enriqueciéndolo y dejando su huella en él. Desde los primeros pobladores prehistóricos hasta la conquista cristiana, su paradisíaco paisaje ha visto desfilar a fenicios, griegos, cartagineses, romanos, bizantinos o árabes. ¡Hasta normandos llegados del norte de Europa!
Hoy te proponemos un plan con el que convertir tu visita a la isla en una experiencia completa.
Salir un rato del agua para zambullirnos en el rico patrimonio arqueológico menorquí. No necesitas gafas de buceo, bañador ni toalla. Tan solo tienes que estar dispuesto a retroceder unos 4000 años en el tiempo?
Un viaje por los monumentos de Menorca
Hemos llegado hasta la Edad de Bronce. En este período, alrededor del año 2300 a.C., cuando Menorca recibe a sus primeros pobladores. ¡Seguro que ellos también se quedaron maravillados ante semejante paraíso! Lo que sí sabemos con seguridad es que los habitantes de la isla crecieron en número durante los siguientes siglos. Y lo sabemos gracias a los cambios que se aprecian en el urbanismo primitivo de la isla.
Las primeras poblaciones menorquinas practicaron la agricultura itinerante, por lo que es posible que utilizasen como vivienda cuevas naturales o construcciones de poca consistencia que no han llegado hasta nuestros días. Pero poco a poco su economía se fue sedentarizando, y a lo largo del segundo milenio a.C. comenzaron a surgir asentamientos estables de pequeñas dimensiones. Entramos así en el periodo naviforme, llamado de este modo por las navetas o cabañas que conformaban los núcleos poblacionales. Las navetas eran construcciones unifamiliares sencillas, distribuidas sin una organización previa del espacio. Pero ahora sí, construidas en piedra. Aunque esto es solo el inicio.
Talaiots y taulas, la prehistoria menorquina
La población de Menorca siguió aumentando. Las sociedades de la isla, como en todas partes, continuaban su proceso de desarrollo natural. Y con el que aparecían nuevas actividades económicas, una mayor complejidad social, diferentes mentalidades. La arquitectura naviforme ya no cubría las necesidades de los habitantes menorquínes en torno al año 1000 a.C., de modo que los poblados de navetas fueron progresivamente sustituidos por otros de mayores dimensiones. Pero no solo se trataba de una cuestión de tamaño, también de organización.
Los asentamientos que encontramos a partir de este momento presentan una clara planificación del espacio, con delimitación de calles, espacios comunes o espacios destinados a actividades concretas. Aunque hay un elemento que llama más la atención de la nueva arquitectura que surge en Menorca a finales de la Edad del Bronce. Si recorres cualquiera de estos poblados, tus ojos se irán de inmediato hacia lo alto. ¿Hacia el cielo? Bueno, no tanto. A medio camino entre este y los restos de las viviendas tu mirada se topará con unas curiosas torres de piedra conocidas como talaiots.
Estas torres son tan representativas que denominamos “talayótica” a la cultura que perdurará en la isla desde el año 1000 a.C. hasta la conquista romana del siglo I d.C. ¡Pero no solo de talaiots! Hay mucho más monumentos en Menorca.
Pero hay más monumentos en Menorca
En los asentamientos de época talayótica encontramos también otras construcciones ciclópeas que enseguida captarán nuestra mirada. ¿Cómo definirlas? Vamos a intentarlo. Se trata de grandes bloques rectangulares de piedra que se levantan del suelo en posición vertical, en cuyo extremo superior se tumba una piedra de menor tamaño en horizontal. Como si se tratase de una T. O de una especie de mesa (de ahí su nombre, taula en catalán).
Su cronología es algo más tardía que los talaiots, no aparecen hasta el 600 a.C., ya en la Edad del Hierro. Pero lo más sorprendente de estas súper “T” de piedra es que se encuentran en grupos y en el interior de recintos, probablemente relacionados con actividades religiosas. Se les conoce como recintos de taula y, a diferencia de las torres, solo encontramos uno por poblado.
Uno de los recintos de taula más conocidos lo encontrarás en el poblado prehistórico de Torre d’en Galmés, el más importante de Menorca, situado en la costa sur. Y por si se te hace poco, cuenta con nada menos que tres talaiots. Un poco más al este encontrarás otras visitas tan imprescindibles como el Talaiot y Taula de Trepucó o el Talaiot de Trebaluguer, a las afueras de la actual ciudad de Mahón. También el extremo occidental de la isla guarda joyas arqueológicas únicas. Tan solo en los alrededores de la Ciudadela de Menorca se hallan la construcción funeraria de la Naveta des Tudons, el poblado talayótico de Montefi o el de Son Catlar. Este último cuenta con 4 talaiots y unas impresionantes murallas que te dejarán boquiabierto antes incluso de entrar al asentamiento.
Se nos ocurren muchísimas más cosas que contarte de estos asentamientos tan únicos de la prehistoria menorquí, pero no vamos a continuar de momento. ¿Sabes por qué? Porque se nos ocurre un plan mejor: que seas tú mismo quién visite la isla balear y descubras con nosotros todos los maravillosos monumentos de Menorca. ¿A qué suena bien?
Recordar cómo no, que por supuesto Arkeo Tour os garantiza una visita completamente segura y provista de medidas de seguridad para que puedan disfrutarla sin tener que preocuparse de la situación que nos acontece a causa de la Covid-19. Todos nuestros servicios cumplen la legislación local y las recomendaciones sanitarias en materia de protección y seguridad para evitar el contagio del virus.